jueves, 12 de agosto de 2010


Estaba caminando con los pasos entrecortados por la masa de gente caminando en una misma dirección, mientras armonizaba mis sentidos y desarrollaba mi tolerancia, expresaba gestos de alivios y conformidad en mi rostro. Mi mente ya estaba repleta de labores por analizar, no estaba apta para tener un juicio crítico de la comodidad que estaba sobre poseída en ese instante. Con el objetivo en claro, el de llegar a la parada de colectivo de numeración 65 fui con mi mirada perdida en el vacío hasta que se me presento una situación imperturbable, el de frenarme obligatoriamente frente a una señora con su mirada ausente, con aspecto de enfurecimiento y aturdida por un pasado desconocido por mí. No pude disculparme, solo pude complacerla asentando sus palabras. Arrebato de mi atención moralista y de mis costumbres habituales, desconcertándome con una frase inquisidora .Con sus ojos delirantes, su cabellera plateada y su sonrisa crispada por la ira pronuncia-“¿Srita, no es acaso la vida un boomerang?”.La mire a los ojos y pronuncie palabras sin haberlas ocupado en la razón, fue la improvisación satisfecha y alarmada de reconocerle que todo lo que se fue algún día vuelve. Di vuelta mi cabeza, dirigí mi cuerpo a la orientación destinada, con una expresión dilatada de asombro y unas ganas inmensas de llegar a recostarme sobre algún sitio cómodo. Olvide de ese instante inmediatamente, aunque fue amistoso sentirme involucrada en un pensamiento ajeno a mi persona (¿pero que tan lejano?).Pero no todo resulto tan afable y sencillo, el problema estuvo cuando mi consciente actúo en mi memoria y recordé de ese minuto pasado. La frase “la vida es un boomerang”, fue el comienzo de la aventura de un análisis interminable, agotador por tratarse de un pasado, un presente y la incertidumbre de estar segura que es así, pero… ¿cuantas situaciones de las que quisiste se repitieron?
Oxigene mi mente, pensé en prados verdes y flores de colores, en pájaros y alfombras mágicas, no estaba estimulada a agitar mi intelecto. Pero aquí no finaliza mi hazaña, la expresión de “la vida es un boomerang” estuvo presente hace algunos instantes atrás, quise destruir mi atención y hacer como sí fuese una frase más dentro de las miles de frases que pronunciaba mi amigo. Que se pierda entre líneas y se esfume con los conmovidos e inquietantes delirios que se me presentan. No quiero ser crítica de una pronunciación tan insignificante, ni que sea la apertura de nuevos y sacrificados pensamientos. Una nueva frase que me invade sospechosamente, un dilema digno de ser resuelto. Sí la vida es un boomerang, como dicen... ¿Que pasa que lo que mas quise en la vida, no vuelve conmigo?

Mile.

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